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l trombón es
un instrumento de viento metal. Su sonido se produce gracias a
la vibración de los labios del intérprete en la parte
denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo
del aire). Las diferentes notas se obtienen por el movimiento de un
tubo móvil, denominado vara, alargando la distancia que el aire en vibración
debe recorrer, produciendo de este modo sonidos que también se pueden controlar
con una mayor o menor presión del aire soplado por el intérprete en la vara. Se
diferencian siete posiciones distintas a lo largo de la vara. Cuanto más se
alarga la columna de aire con cada posición, el sonido producido es más
grave que en la anterior. Sin embargo, también existen trombones con válvulas.
Al igual que casi todos los instrumentos de esta familia de viento metal, el
trombón de varas es de latón (aunque actualmente muchas fábricas optan también
por el cobre y los baños de plata), y consiste en un tubo cilíndrico y abierto
enrollado sobre sí mismo.
Durante los periodos barroco y clásico se usaba
mucho en la música religiosa, y desde el siglo XIX es imprescindible en la gran
orquesta sinfónica. También se utiliza en la música de jazz, donde, además
de ser un instrumento clave para la big band, interpreta pasajes solistas.
En la familia del trombón hay muchas variantes con distintas tesituras y
tamaños. En la orquesta se suele usar el trombón tenor y a veces el bajo.
En el siglo XI,
la tuba romana se
alarga y hace más estrecha ensanchando el pabellón, como influencia de las
trompetas musulmanas que llegaron a Europa con las invasiones. Un poema del
siglo XI menciona las Trompas y Buisines, como «largas trompetas de pabellón
ensanchado, en cobre o plata». En España, y en las cantigas de Alfonso X El
Sabio (siglo XIII), se cita, entre otros instrumentos, la anafilos o trompeta recta de
origen romano. Los franceses le llamaban buisine, como aparece en la Chanson de Roland.
Por un encargo de Federico II a la villa de Arezzo, en 1240, se
construyeron dos tipos de trompetas: la trombetta, pequeña y de madera, y la bucina, grande y de metal. En 1783 se
descubrieron entre las ruinas de Pompeya dos grandes trompetas construidas en
bronce con embocadura de oro, una de las cuales, parece ser, pertenecía a la
colección del Rey de Nápoles Windsor. Los turcos usaban una trompeta llamada surme.
Durante la Edad Media los instrumentos de embocadura mantuvieron
sus nombres primitivos: lituus (corneta), tuba (trompeta) y buccina (trompeta grande o
trombón). En esta época también aparece un instrumento llamado serpentón,
con forma de "S" (de ahí su nombre). Este instrumento tenía seis
agujeros, tres para cada mano, y una boquilla metálica.
En Alemania la denominación buccina fue convirtiéndose en busan, pusun y pousane, término que aplicado al
trombón ha llegado a nuestros días y que se mantiene en los países germánicos y
del centro y norte de Europa. El nombre de trombón, del italiano trombone, o trompeta grande, se
mantuvo hasta el siglo XVIII y es el usado en los países latinos, Inglaterra,
América Latina y Norteamérica.
La curvatura de las barras que después llevaría a la vara
corredera aparece documentada por primera vez en los grabados y pinturas del
siglo XIV, en dos láminas de «Ángeles músicos» (derecha) del siglo XV pintados
por fray Angélico en Italia y por Hans Hemling en los Países Bajos. En estas
ilustraciones se ve un ángel tocando una trompeta cuya boquilla sostiene con
los dedos, por lo que se supone que se introducía y se sacaba del tubo para
variar los sonidos. Algo parecido a lo que se llamaría tromba di tirarsi, trompeta cuya
boquilla hacía de corredera en el tudel, y que posiblemente utilizó Johann
Sebastian Bach.
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