"Programa de Red de Orquestas y Coro Juveniles e Infantiles de Panamá"
Cuando la música es usada para propósitos de desarrollo
social se requiere la intervención de otras áreas profesionales como la
psicología, antropología, y sociología, que en verdad estén haciendo el
equilibrio entre el uso de la música, su función y el fin perseguido a través de
ella.
El especialista Alan P. Merriam
en su trabajo “The Anthropology of Music” (1967) hace diferencia entre los usos
de la música y sus funciones sociales. Dice que los “usos” de la música son las
intenciones inmediatas para lo cual es interpretada, reproducida o escuchada
mientras que las “funciones” de la música tienen que ver con algo mucho más
profundo como lo es su capacidad de conectar a las personas en aspectos
relacionados con lo estético, lo espiritual y lo emotivo. Es decir los
significados que puede llegar a tener la música de acuerdo al uso que se le dé.
Por ejemplo, lo que sucede con un himno.
La pregunta atormenta a los
expertos desde hace siglos y todavía no hay una respuesta concluyente.
Pitágoras propuso, en el siglo V a.C., que la música regía la armonía de los
astros, mientras que la investigación científica actual —desde la perspectiva
evolutiva y biológica— considera que la música sirve más bien para regir la
armonía entre los seres humanos.
La capacidad de comunicar
emociones fue justamente lo que hizo que la música persistiera después del
desarrollo lingüístico. Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad
de Londres demostró, por ejemplo, que incluso al escuchar un fragmento corto de
una pieza musical, un individuo es más propenso a interpretar tristeza o
felicidad en su interlocutor, aunque este mantenga una expresión facial
neutral.
Extracto sacado de este enlace:
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